Las infecciones urinarias o ITU son el crecimiento de bacterias en el tracto urinario. La infección puede ocurrir en diferentes puntos en el tracto urinario, que incluyen: Vejiga, Riñones, Próstata, Testículos, Uretra.
La mayoría de las infecciones urinarias son causadas por bacterias que ingresan a la uretra y luego a la vejiga. La infección urinaria se desarrolla con mayor frecuencia en la vejiga, pero puede propagarse hasta los riñones.
Las mujeres tienden a contraer una infección urinaria con más frecuencia, debido a que su uretra es más corta y está más cerca del ano que en los hombres.
Debido a esto, las mujeres tienen mayor probabilidad de contraer una infección después de la actividad sexual, la menopausia también aumenta el riesgo de una infección urinaria (ITU).
Los siguientes factores también incrementan sus probabilidades de tener una infección urinaria (ITU):
- Diabetes,
- Edad avanzada,
- Vejiga Neurogénica,
- Tener una sonda vesical,
- Aumento de tamaño de la Próstata,
- Cálculos Renales o Vesicales,
- Embarazo.
Los principales síntomas de una infección vesical incluyen:
- Ardor al orinar,
- Dolor en el vientre,
- Aumento en la frecuencia urinaria,
- Urgencia para orinar,
- Fiebre y escalofríos,
- Dolor lumbar.
Los exámenes que se deben realizar para detectar las infecciones urinarias:
- Perfil de laboratorio,
- Exámen de orina y urocultivo,
- Ecosonograma Renal
- Urotomografía con Contraste (en casos seleccionados, cuando se sospeche Pielonefritis Aguda Severa).
El tratamiento contra una infección urinaria consiste en:
- Antibióticos por 7 a 14 días,
- Evaluación de la pareja,
- Urocultivo posterior al tratamiento,
- Higiene Genital,
- Tomar 2 a 3 litros de agua,
- Regularizar hábitos intestinales.
En caso de lesiones más graves será necesario hospitalizar al paciente para tratamiento endovenoso.
Para prevenir las infecciones urinarias puedes seguir una dieta equilibrada y llevar un estilo de vida saludable, esto puede ayudar a prevenir una infección urinaria; también es recomendable no retener la orina y beber agua de forma habitual – al menos dos litros diario -, ya que esto favorecerá la diuresis.
Ante cualquier situación, asiste a tu médico para un acertado diagnóstico y tratamiento contra la infección urinaria.